Ya sea para las fiestas patrias o para algún fin de semana este Ajiaco chileno es ideal. Un plato reconfortante en donde podrá usar restos de asado que quedaron, pero si no se cuenta con carne asada, se puede preparar un poco de carne previamente aliñándola y asándola en el horno.
Este caldo es muy popular en Chile y muy sencillo de preparar. Puede improvisar con algunas otras verduras, pero básicamente es lo que les presento aquí. Y no se confunda, hay otros platos llamado ajiaco de otros países vecinos, son todos distintos y cada cual tiene su receta.
Este caldo es muy reponedor y útil para dar uso aquella carne que quedo del día anterior. En lo personal me encanta servirlo en estos platos de greda, ya que es son perfectos para mantener el calor de este sabroso Ajiaco chileno.
Tips para un ajiaco perfecto
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El secreto está en la carne
Si tienes carne de asado del día anterior, ¡úsala! Ese sabor ahumado no lo lograrás de otra manera. Pero si no tienes, puedes cocinar una posta o plateada en agua con verduras y luego usar tanto la carne como el caldo. -
No te pases con el agua
El ajiaco no debe ser ni tan caldoso como una sopa, ni tan seco como un guiso. Busca ese punto medio. -
El ají de color es clave
No es lo mismo usar pimentón fresco que el ají de color en polvo. Este último le da el sabor tradicional chileno y ese color rojizo característico. -
Agrega el huevo al final
Si decides usar huevo duro, ponlo justo antes de servir, para que no se deshaga en la cocción. -
Sirve con marraqueta
Un trozo de pan recién horneado (o tostado) para acompañar este plato es casi obligatorio.
El ajiaco chileno es mucho más que una receta: es memoria, tradición y cariño. Es de esos platos que no pasan de moda, porque siempre habrá un momento especial para disfrutarlo. Su simpleza no le resta valor; al contrario, es justamente esa sencillez lo que lo convierte en un plato tan querido.
Así que la próxima vez que te sobre carne del asado o quieras sorprender a tu familia con algo distinto, no lo dudes: prepara un ajiaco. Te aseguro que todos te lo van a agradecer, y quizás hasta termines con historias alrededor de la mesa que quedarán para siempre en el recuerdo.
Ajiaco chileno
- Total Time: 40 mins
- Yield: 3-4 1x
Ingredientes
- 300 grs de carne asada, puede ser más
- 2 cucharadas de aceite
- 1 cebolla grande o 2 cebollas medianas
- 4 papas medianas
- 2 ajos
- 1 trozo pequeño de pimentón rojo
- 1/2 cucharadita de orégano
- Sal, pimienta a gusto
- Merkén
- Ají color
- 1 huevo por persona
- 2 cucharadas de perejil picado
- 1 litro de caldo de carne
Instrucciones
- Cortamos la carne en tiras y las papas a lo largo (en juliana). Reservar.
- Se corta la cebolla en pluma y se coloca en una olla con el aceite, se fríe por unos minutos, luego agregamos el ajo y el pimentón. Enseguida añadir la carne y los aliños (sal, pimienta, ají color, orégano, merkén). Luego se echan las papas y finalmente agrega el caldo de carne o agua.
- Se cocina por unos 20 minutos.
- Mientras tanto podemos pochar el huevo o simplemente cocinarlo por 10 minutos en agua hervida.
- Se sirve en un plato hondo y se puede optar por colocar el huevo al principio o al final. Luego el caldo y resto de ingredientes. Se coloca encima perejil picado y merkén (optativo).
- Prep Time: 20 mins
- Cook Time: 20 mins
- Category: Caldos y sopas
- Method: olla
- Cuisine: chilena
¿Cuándo disfrutar un buen ajiaco?
Aunque puedes prepararlo en cualquier momento del año, hay ocasiones en que el ajiaco se disfruta mucho más:
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Después de un asado: el clásico indiscutido. Con la carne sobrante haces magia al día siguiente.
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En días fríos: nada como un plato humeante cuando llueve o hace frío.
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Para recuperarse: muchos lo consideran un “remedio casero” perfecto después de una noche de fiesta.
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En reuniones familiares: su sencillez y sabor lo hacen ideal para compartir.
Consejos para servirlo y disfrutarlo al máximo
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En platos hondos grandes: parte de la gracia del ajiaco es servirse un buen plato generoso.
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Acompañado de pebre: un pebre fresco al lado siempre realza los sabores.
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Con ensalada chilena: tomate, cebolla y cilantro hacen un complemento perfecto.
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No olvides el pan: la marraqueta o el pan amasado son aliados inseparables.
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Un vino tinto suave: si lo disfrutas en familia, un vino ligero acompaña muy bien.




